Por la pública presenta:
Dicen que el vino alegra el corazón de quien lo toma.
Y es que no cabe duda: El mundo se ve mejor después de que uno se echa unas copitas de vino, pues además de desinhibirnos y relajarnos también no pone jacarandosos.
Todos hemos visto a un amigo ir cambiando radicalmente conforme va entrándole a la bebida de su predilección. De la seriedad va pasando lentamente a la euforia, y su semblante se vuelve más colorado y risueño. Fascinado por este cambio que el alcohol logra en las personas, el artista Marcos Alberti tuvo la idea de ir fotografiando a distintas personas cada que tomaban una copa de vino.
El resultado es una maravilla:
Fuente: Sopitas
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Last modified: 29 marzo, 2018