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El Jaguar (sin colmillos) del partido verde


 

No conforme con lidiar con los simuladores y traidores de su propio partido, el PRI, Blanca Alcalá tiene que vérselas con las debilidades y sobre todo las mentiras del que se supone es su principal aliado en la lucha por la minigubernatura de Puebla, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), una franquicia hoy manejada por inexpertos y aspirantes a Mirreyes que, en los hechos, no sólo resultan inoperantes tanto en lo político como en lo electoral, sino total y absolutamente impresentables.

Y es que hace unos días, en su visita relámpago a Puebla, el vocero nacional del Verde Ecologista, Carlos Puente Salas, se dio el lujo de asegurar que “de entrada” (sic), el partido del tucán garantiza 165 mil votos a Blanca Alcalá, lo que está fuera de toda proporción,pues ni siquiera alcanza esa cifra de supuestos afiliados en el estado –su último corte es de 150 mil- y, por si fuera poco, en la más reciente elección, la federal de 2015, apenas pudo lograr un total de 80 mil 863 votos, por debajo incluso del Partido Nueva Alianza (92 mil 514) y hasta del PRD (82 mil 955).

Ni aun cuando sufragaran todos sus presuntos militantes –lo que es prácticamente imposible-, el PVEM le aportará los 165 mil votos prometidos a Blanca Alcalá, a quien más bien parece que le quieren dar “gato por liebre”, además de venderle cara, muy cara,la alianza con el PRI.

¿De dónde el PVEM pretende sacar los 165 mil votos que ha garantizado “de entrada” a la senadora con licencia?

Seguramente no va a ser de sus dirigentes estatal, el regidor Juan Pablo Kuri Carballo, y municipal, Oscar Jesús Parra Tay, dos verdaderos neófitos en materia política y electoral, creados a imagen y semejanza del otrora dirigente de este partido a nivel nacional, Jorge Emilio González Martínez, el inefable –y tristemente célebre- “Niño Verde”, inmiscuido en toda clase de excesos y escándalos, un auténtico vividor del corrupto sistema de partidos en México.

Inexpertos, ninguno de los dos tiene los tamaños para enfrentar una elección tan compleja como la de este año en el estado de Puebla.

Kuri Carballo es un sujeto que no hila dos frases seguidas y que está más dedicado a sus negocios que a la “talacha” política. Todavía se recuerda cómo el empresario prefirió ir a esquiar a Vail, en Colorado, en lugar de quedarse a apoyar a sus candidatos a diputados federales el día que arrancaban campañas, en abril de 2015, en una actitud que lo retrató de cuerpo entero.

El caso de Jesús Parra Tay es todavía más grave: se trata de unjunior sin mayor mérito que ser el abre puertas de Kuri Carballo, quien lo impuso como “dirigente” del PVEM en el municipio de Puebla, a pesar de haber mejores perfiles.

“Abogado en busca de un mejor país” –como se presenta en sus redes sociales-, es asiduo cliente de los antros de la ciudad de Puebla, a donde últimamente se le ha visto llegar en un automóvilJaguar de color blanco, último modelo, haciendo gala de ostentación y riqueza.

Es ahí, en bares y cantinas de moda, donde este amigo de uno de los hijos (Fernando) y del secretario particular de Mario Marín, el joven Ramón Fernández Solana, ha cobrado fama de violento y prepotente, exactamente el estilo de vida de muchos de los dirigentes del Verde Ecologista. Hace algunos meses, Parra Tay –bajado en 2015 súbitamente de las listas de candidatos a San Lázaro- agredió en estado de ebriedad a un parroquiano de un conocido antro, a quien estuvo a punto de matar. El caso, por desgracia, quedó impune, aunque fue del conocimiento de la PGJ, hoy Fiscalía General del Estado.

Esos son los “aliados” de Blanca Alcalá, quien, sin embargo, no es tonta y sabe perfectamente que no puede confiar en Juan Pablo Kuri y mucho menos en Parra Tay, quienes le restan más de lo que le suman y a quienes sus propios compañeros de partido les adjudican supuestos malos manejos con los 7.4 millones de pesosque les corresponden este año por concepto de prerrogativas.

Hace un par de semanas, de hecho, viendo el triste panorama, la candidata a la minigubernatura estuvo a punto de nombrar como su enlace con el PVEM al diputado local y ex dirigente estatal de ese instituto político Juan Carlos Natale, con mucha más experiencia y muchas más tablas que aquéllos.

De ese tamaño es la desconfianza que le generan los actuales dirigentes verde ecologistas, por más que en las fotografías aparezcan como integrantes de una Familia Feliz.

Y es que si bien Natale no es precisamente el político más brillante de la aldea, por lo menos tiene en su currículum el haber ganado una elección constitucional, en 2009, cuando, contra todo pronóstico, derrotó a la actual regidora del PAN en el Cabildo de Puebla y ex secretaria de Desarrollo Social del gobierno estatal,Myriam Arabian Couttolenc, a diferencia de Kuri Carballo y Parra Tay, quienes jamás se han sometido a la prueba de las urnas.

Hoy por hoy, en los hechos, el PVEM es una especie de rémora con la cual Blanca Alcalá debe cargar, por si algo faltara. Más que como un tucán, el PVEM se vende como un jaguar, pero en realidad es un jaguar sin colmillos, y sin estructura, y sin liderazgo, y sin estrategia, y sin capacidad de garantizar de alguna forma los 165 mil votos que, mentirosamente, le han prometido para el próximo 5 de junio.

Como diría el clásico: con esos amigos, para qué quiere enemigos la candidata a Casa Puebla.

 

Por: Arturo Luna Silva

 

 

Fuente: Puebla Online

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Last modified: 25 abril, 2016

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