Si después de un fin de semana de disfrutable (pero demoledor) terminaron con su cuerpecito hecho polvo, quizás les interese someterse a un masajito. No de esos con final feliz, sino uno un poco más interesante.
Nos encontramos con estas imágenes provenientes de Malasia, tierra en donde un hombre le arregla sus malestares corporales a su clientela con un masajito dada a base de cinceladas.
Así es: para no andar amasando las carnes de la gente con sus sacrosantas manitas, este don aplica majase con la ayuda de cincel y martillo. Nada nuevo en Malasia, lugar en el que este tipo de prácticas son habituales.
Fuente: Sopitas
c.c.
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Last modified: 25 abril, 2016