La legisladora local (a la izquierda) también es presidenta de la Comisión de Protección Civil y vocal de Presupuesto, Turismo, Vivienda entre otras.
Durante la reciente campaña electoral, la diputada local Sara Chilaca simuló una adhesión incondicional a favor de José Antonio Gali Fayad.
Sin embargo, fotos en poder del quinta columnista –tomadas afuera de su oficina en San Pedro Cholula– evidencian lo contrario.
Pese a su deslealtad, la diputada presume de tener “muy buena relación” en los altos niveles de gobierno de Rafael Moreno Valle y de la Fiscalía General del estado, lo que podría encuadrarse en el delito de “tráfico de influencias”.
Y es que a través de prácticas poco honorables –conocidas como “chicanas”, en el ámbito de los abogados–, María Sara Camelia Chilaca Martínez pretende despojar de la herencia familiar a sus hermanos.
La historia no tiene pierde y está consignada en diversos expedientes judiciales a los que quien esto escribe tuvo acceso.
Vea el hipócrita lector:
La diputada aliancista, al decir de sus hermanos, ha falsificado actos jurídicos (contratos o poderes) para despojarlos de la herencia que por derechos les corresponde.
Siempre de acuerdo con expedientes judiciales, Sara Chilaca llevó en noviembre de 2015 a su padre –Juan Chilaca– a la notaría pública 24.
¿El fin?
Que éste le hiciera una donación pura, simple y gratuita de todos sus bienes.
Hay que decir que en esa diligencia, don Juan acudió también como apoderado “para actos de dominio” de su esposa, Enriqueta Martínez, quien a la fecha tiene 88 años y desconoce haber firmado poder alguno.
¿Cómo se las ingenió la multicitada para hacer esta “chicana”?
En complicidad con su marido, la diputada le quitó la credencial para votar a doña Enriqueta y con ésta acudieron al notario para que se realizara el otorgamiento del poder.
Dicha donación se hizo sobre la casa que habitan actualmente su madre y sus dos hermanas –Yesenia y Marisol–, quienes cuidan a la anciana de un tiempo a esta parte.
Los meses pasaron.
En abril de este año, don Juan Chilaca falleció.
El dictamen médico forense estableció que en vida padecía una enfermedad que le habría imposibilitado hacer una rúbrica.
Y es que don Juan era víctima del síndrome de Parkinson en etapa terminal.
También estaba enfermo de diabetes en su última fase.
Al organizar un supuesto poder para actos de dominio a favor de don Juan Chilaca, la diputada buscaba que los bienes de su madre pasaran, íntegros, a sus manos.
En ese contexto, decide denunciar a sus hermanas por los delitos de violencia familiar, despojo y amenazas.
Al decir de dicha denuncia, doña Enriqueta Martínez viuda de Chilaca es víctima de golpes y privada de su libertad por Yesenia y Marisol.
Sin embargo, en las periciales elaboradas por la Fiscalía General de Justicia se determinó que no existe violencia ni privación ilegal.
Ante esto, Sara Chilaca no ha dudado en amenazar e intimidar a la agente del Ministerio Público que lleva el caso en aras de que cumpla sus órdenes.
La denuncia de la diputada en contra de sus hermanas incluye el delito de despojo, una vez que aduce que la casa en la que habitan doña Enriqueta, Yesenia y Marisol fue donada a ella y a su hija –empleada suya en el Congreso del Estado–, por lo que pretende echar a la calle a su propia madre, quien ha vivido en ese domicilio a lo largo de la mayor parte de sus 88 años.
Los hermanos de la diputada aseguran que también pretende meter a la cárcel a la octagenaria.
Como forma de presión, la hija de Sara Chilaca ha dejado sin suministro de energía eléctrica y agua potable a doña Enriqueta y las hijas que la cuidan.
La diputada también ha declarado ante el MP que son víctimas de amenazas por parte de sus hermanos, a quienes acusa de ser narcotraficantes que acopian armas de alto poder.
En dicha querella, Sara Chilaca y su hija hacen referencia a un personaje llamado El Azul, quien, según ellas, es un “asesino a sueldo” pagado por sus hermanos para que las asesinen.
La hija de Sara Chilaca llegó a otros excesos, una vez que asegura que la magistrada Margarita Palomino y el abogado de sus tíos –Jesús Salgado– le quieren quitar la herencia a ella y a su madre.
Los delirios de la diputada Chilaca no terminan aquí, una vez que constantemente alardea que el Fiscal Víctor Carrancá “ha dado la orden para que esto llegue a sus últimas consecuencias”, siempre a favor suyo.
La abogada penalista Miriam Hernández también ha sido víctima de sus odios: le han tomado fotografías a su automóvil y a su familia para amedrentarla, una vez que forma parte de la defensa de sus hermanos.
La historia no termina aquí.
Al contrario: apenas empieza.
Nota Bene. En todas las diligencias, Sara Chilaca se ostenta como “diputada” y jura que cuenta con el apoyo incondicional de Jorge Aguilar Chedraui, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.
(Así se los gritó a sus hermanos al tiempo de subrayar que no se metan con ella porque es “muy poderosa”).
Quienes conocen al diputado Aguilar Chedraui saben que no es afecto a apoyar ese tipo de acciones, por lo que las ostentaciones sin límite de Sara Chilaca la exhiben como una vulgar traficante de influencias.
Estefanía Guevara Chilaca trabaja como secretaria particular de su mamá en el Congreso, por lo que se estaría infringiendo una norma elemental: la de que parientes cercanos no incurran en la figura de “nepotismo”.
Además, Estefanía actúa en la práctica como diputada, pues firma documentos dirigidos a su madre y se mueve con ese poder dentro y fuera del recinto.
Fuente: https://24horaspuebla.com
Antonio Gali Fayad DIPUTADA Fiscalía General del Estado LEGISLADORA SARA CHILACA
Last modified: 15 agosto, 2016