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Los aliados de Dilma Rousseff la abandonan horas antes de que se vote su destitución

Por la pública presenta:

Necesita 172 votos del total de 513 diputados para salvarse. La cúpula del PMDB pide a sus diputados que voten a favor del ‘impeachment’


 

La presidenta Dilma Rousseff afronta las últimas horas antes de la votación del ‘impeachment’ más sola que nunca. En la particular telenovela en que se ha convertido la crisis política brasileña los últimos capítulos están cogiendo tintes dramáticos para el Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).

La base aliada de Rousseff se va descomponiendo poco a poco hasta formar una auténtica desbandada general. Al abandono del Gobierno por parte del PMDB hace 15 días se ha sumado recientemente la salida del PP, el PSD, el PR… Una sopa de letras que se traduce en unos números que no traen buenos presagios para la presidenta. La líder del PT necesita 172 votos del total de 513 diputados para salvarse en la votación definitiva del domingo en la Cámara de Diputados. Y no salen las cuentas.

Aunque es difícil hacer predicciones -los diputados pueden seguir las consignas de su partido, pero tienen libertad de voto-pintan bastos para la presidenta. El PMDB, el partido con más diputados y hasta hace poco principal apoyo de Rousseff, se ha especializado en darle disgustos. El último jarro de agua fría era de esperar; la cúpula del partido pedirá a sus diputados que voten a favor del ‘impeachment’, como ha avanzado este jueves su líder, Leonardo Picciani.

El Gobierno recurre al Supremo para paralizar el proceso

Media Brasilia está calculadora en mano haciendo pronósticos sobre lo que votarán los diputados, y la otra mitad trabaja a contrarreloj para sumar los votos necesarios para salvar o para tumbar a la presidenta. El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva acumula reuniones de última hora en busca de apoyos y el Abogado General de la Unión (AGU), José Eduardo Cardozo, ha sorprendido a todos este jueves quemando un último cartucho: el Gobierno recurrirá al Tribunal Supremo Federal para que paralice el proceso, alegando que el informe que aprobó la comisión en la Cámara de Diputados sobrepasó los límites establecidos por la denuncia original.

Cuando el presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha (PMDB) abrió formalmente el proceso a finales del año pasado la denuncia que escogió hacía referencia a las llamadas ‘pedaladas fiscales’; las presuntas maniobras que el Gobierno de Rousseff realizó en 2014 para ocultar los números rojos de las arcas públicas.

Sin embargo, como ha resaltado el Abogado General de la Unión, Eduardo Cardozo, este jueves al presentar el recurso, el documento que los diputados aprobaron esta semana para guiar el proceso no se limita a esas supuestas irregularidades, sino que añade las sospechas sobre corrupción relacionadas con la trama descubierta en la Operación Lava Jato.

Cardozo, el hombre que escogió Rousseff para defenderla en el juicio político, ha añadido que al incluir esos otros hechos se «hirió de muerte el proceso y la defensa de la presidenta Dilma», remarcando además que también se vulneró el reglamento interno de la Cámara. Ha especificado, no obstante, que no está pidiendo que se anule todo el proceso de ‘impeachment’ desde el principio, tan solo desde que se incluyó el tema de la corrupción en Petrobras.

En cola para pedir un cargo a Temer

Mientras tanto, Rousseff intenta mantener la calma y lanzar el mensaje de que vencerá la votación.»Trabajaré hasta el último minuto contra este intento de golpe», dijo ayer en su última entrevista pública, donde también lanzó la idea de un pacto nacional en el caso de que sobreviva a esta primera embestida. Sin embargo, la mayoría de diputados parecen no confiar mucho en esa posibilidad y ya miran hacia otro lado.

Ese otro lado podría ser la cola de coches de alta gama en dirección a la residencia oficial del vicepresidente Michel Temer (PMDB), el Palacio de Jaburu. «Muchos diputados estaban ahí. Fue una verdadera romería, había hasta atasco para entrar, una locura», confesaba el diputado José Priante, colega de partido, a la prensa local. Diputados que hace apenas unas horas apoyaban a Rousseff ya estánbuscando cargos en un hipotético Gobierno de Temer. Pero ese futuro Ejecutivo de «salvación nacional», si es que llega, no lo tendrá fácil. Lula ya ha avisado de que si Dilma cae la batalla se librará en las calles.

Entre tanto ajetreo numérico e intrigas palaciegas ya pocos se acuerdan del desencadenante de toda la situación. La petición de ‘impeachment’ se basa en las presuntas irregularidades que Rousseff cometió en las cuentas de 2014 para maquillar los números rojos. Pero el malestar tiene más que ver con la corrupción y con la crisis que con unas maniobras que, como recuerdan los simpatizantes de Rousseff, han realizado anteriores gobiernos sin mayores consecuencias. Cada vez son más los que dan por hecho que el Gobierno sufrirá una derrota en la Cámara y tendrá que concentrar todos sus esfuerzos en frenar el ‘impeachment’ en el siguiente capítulo de la trama, en el Senado.

 

Fuente: El Mundo

c.c.

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Last modified: 29 marzo, 2018

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